Meningitis bacteriana y restricción hídrica: Revisando las evidencias.

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 3 de Enero de 2006)

 Es un hecho de todos conocido que la meningitis bacteriana continua siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad en recién nacidos, lactantes y niños; colectivo donde origina mas de 100.000 muertes cada año en lactantes y niños. Con un tratamiento antimicrobiano y de apoyo rápido y adecuado, las probabilidades de supervivencia han mejorado, especialmente en los lactantes y niños, en quienes se han reducido las tasas de mortalidad a menos del 10% para la
meningitis bacteriana y menos del 5% para la meningitis meningocócica. Diversos estudios analizan además la efectividad de los esteroides en el tratamiento de la meningitis bacteriana aguda; sin embargo, no parece menos importante un manejo cuidadoso del equilibrio hidroelectrolítico del paciente con meningitis. La práctica generalizada de restricción hídrica en el paciente con meningitis proviene de la observación de la existencia de hiponatremia que se atribuye a mayores concentraciones de hormona antidiurética (ADH) y que se observa en el 50% de los pacientes en el momento del ingreso. Además se ha descrito asociación entre el grado de hiponatremia y la existencia de convulsiones y desarrollo neurológico adverso en pacientes con meningitis.


Otras observaciones han comunicado normalización de los niveles circulantes de ADH cuando al niño se le asegura una hidratación adecuada, por lo que cabe la duda de si el aumento de ADH y la hiponatremia subsiguiente son secundarios a pérdidas de volumen previas al ingreso.
    Para intentar dilucidar estos hechos R. M. Oates-Whitehead, I. Maconochie, H. Baumer, and M. E. Stewart. Fluid therapy for acute bacterial meningitis. Cochrane.Database.Syst.Rev. (3):CD004786, 2005; han realizado esta revisión sistemática para intentar esclarecer la conveniencia o no de efectuar restricción hídrica en niños con meningitis. Este metaanálisis incluye 3 estudios lo que supone 415 niños, tal vez lo mas llamativo de este estudio es que no encuentra diferencias estadísticamente significativas entre los pacientes que reciben restricción hídrica y aquellos que reciben sus necesidades hídricas basales definidas como "100 ml/Kg/día los primeros 10 Kg de peso, a los que se suman 50 ml/Kg para los segundos 10 Kg y 20 ml/kg para más de 20 Kg". Además estos autores observan una ligera mejora en el pronóstico a largo plazo para los pacientes que reciben sus necesidades hídricas basales sin restricciones.

La principal conclusión a la que llegan los autores es que hay pruebas que apoyan el uso de líquidos de mantenimiento endovenosos, en lugar del aporte de líquidos restringido, en las primeras 48 horas, en ámbitos con altas tasas de mortalidad y en los cuales los pacientes se diagnostican y tratan tardíamente. Sin embargo, en los casos en que los niños se atienden precozmente y las tasas de mortalidad son inferiores, no hay pruebas suficientes para definirse en el sentido de la restricción hídrica o la reposición de las necesidades hídricas basales.

Dr. José Uberos Fernández 

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