Pauta de rehidratación en gastroenteritis aguda
(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 1 de Marzo de 2011)
La gastroenteritis aguda acompañada de
deshidratación continua siendo en nuestros días la causa mas frecuente
de morbilidad y mortalidad, que se relaciona con la presencia de
deshidratación, alteraciones electrolíticas o reemplazo hídrico
inapropiado en el transcurso de su tratamiento. El escenario clínico de
un niño con vómitos, fiebre y diarrea con diversos grados de
deshidratación es bien conocido de todos los pediatras. Históricamente
el rotavirus ha sido el agente infeccioso mas conocido, desde la
introducción de la vacunación frente al rotavirus el escenario clínico
debe haber cambiado, aunque todavía es pronto para poder evaluar sus
repercusiones. Los cambios esperados deben ir inevitablemente en el
sentido de observar menor número de hospitalizaciones por diarrea; sin
embargo otros agentes infecciosos virales como los norovirus están
cobrando en los últimos años mayor protagonismo. Clínicamente y
comparado con los rotavirus, los norovirus pueden producir un corto
periodo de vómitos, mas dolor abdominal y comparativamente menos
diarrea.
El primer paso en el manejo de una
gastroenteritis simple es excluir otras posibles causas de diarrea. El
siguiente paso en el manejo de la diarrea es diagnosticar el grado
deshidratación. Frecuentemente el grado de deshidratación es
sobreestimado, por ello el Instituto Nacional Británico para la
excelencia clínica propone un nuevo esquema para el diagnóstico de
deshidratación clínica, shock o no existencia de deshidratación.
Históricamente la deshidratación que
acompaña a la gastroenteritis se ha tratado mediante reemplazo de
fluidos por vía intravenosa. En 1972, Hirschorn y cols. demostraron que la terapia de rehidratación
oral era segura y efectiva en niños con deshidrataciones leves a
moderadas. La terapia de rehidratación oral se administra con éxito
incluso en presencia de hiponatremia, hipernatremia, hipocaliemia,
hipercaliemia o acidosis metabólica, tiene como ventaja la facil
administración y su menor coste. Desde 1985, la Academia Americana de
Pediatria recomienda esta técnica de rehidratación con soluciones orales
hipotónicas, en cuanto a su contenido en sodio, en todos los casos de
deshidrataciones leves a moderadas. Como norma general, los nños que no
presentan síntomas de deshidratación pueden ser manejados adecuadamente
con hidratación oral. Por el contrario los niños con signos de severa
deshidratación o shock requieren hidratación intravenosa.
En el trabajo de A. L. Nager and V. J.
Wang.
Comparison of nasogastric and intravenous methods
of rehydration in pediatric patients with acute dehydration.
Pediatrics 109 (4):566-572, 2002; se comparan 96 niños
con deshidratación moderada por gastroenteritis aguda, reciben de forma
aleatoria terapia de rehidratación oral o fluidos intravenosos, reciben
en cada caso líquidos a razón de 50 ml/Kg durante las tres primeras
horas. En los casos en los que se rechaza la rehidratación oral, la
administración del suero hipotónico permitió la rehidratación del
paciente de forma segura. Como norma general, del trabajo de revisión de
Sandy M. Hopper.
A Practical Guide to Successful Rehydration.
Clinical Pediatric Emergency Medicine 11 (3):153-162, 2010
y de la guía NICE, se desprende que
la administración por vía oral del 1% del peso corporal por hora puede
ser apropiada. En los casos en los que la rehidratación oral falla puede
optarse por la rehidratación IV.
Dr. José Uberos Fernández
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