Síndrome de distrés respiratorio del adulto en pediatría

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 16 de Noviembre de 2008)

En 1967 Ashbaugh y cols. definen por primera vez el síndrome de distres respiratorio del adulto como una situación donde concurren hipoxemia refractaria, disminución de la compliance pulmonar e infiltrados pulmonares bilaterales en la radiografía de tórax. Esta situación generalmente obedece a causas como sepsis o neumonia aspirativa. En 1993 tiene lugar una Conferencia de Consenso que aporta una nueva definición para el síndrome de distres respiratorio del adulto y matiza algunas diferencias con la lesión pulmonar aguda. Ambas situaciones se definen como un síndrome de inflamación aguda, aumento de la permeabilidad asociado con una constelación de alteraciones clínicas, radiológicas y fisiológicas, que no pueden ser explicados (aunque en ocasiones coexistan) por hipertensión auricular izquierda o hipertensión capilar pulmonar; debida en la mayoría de las ocasiones a sepsis, neumonía, aspiración, politraumatismo, embolismo graso, bypass cardiopulmonar, politransfusiones o pancreatitis entre otras causas.

A pesar de recibir ventilación con presión positiva en vía aérea en la lesión pulmonar aguda el cociente PaO2/FiO2 es menor de 300; en tanto en el síndrome de distres respiratorio del adulto dicho cociente es inferior a 200. En ambas situaciones observamos infiltrados bilaterales en la radiografía de tórax y la presión pulmonar en cuña es inferior a 18 mmHg. En P. Dahlem, W. M. C. van Aalderen, and A. P. Bos. Pediatric acute lung injury. Paediatric Respiratory Reviews 8 (4):348-362, 2007; se publican aspectos novedosos en el manejo de la lesión pulmonar aguda y síndrome de distres respiratorio del adulto.


La lesión pulmonar aguda se origina por alteración de la unidad alveolo-capilar con aumento de su permeabilidad en respuesta a un desencadenante. Los alveolos se ven inundados con un exudado proteinaceo junto con un infiltrado de neutrófilos, macrófagos y hematíes. De forma similar a lo que ocurren en la sepsis bacteriana, existe una estrecha interrelación entre secreción de mediadores inflamatorios y cascada de la coagulación. La activación de factores procoagulantes y la inhibición de la fibrinolisis se ha relacionado con la formación de pequeños trombos de plaquetas-fibrina en los capilares alveolares. La actividad del surfactante se altera como resultado del exudado de proteínas al espacio alveolar. Para la resolución del proceso, que suele tener lugar tras 5-7 días, es importante que se restablezca el equilibrio entre inflamación, activación de la coagulación y balance de líquidos a través del espacio alveolo-capilar. En algunos pacientes el exudado alveolar de fibrina evoluciona hacia la formación de fibrosis, que dificulta la resolución del proceso y la mecánica pulmonar normal. La mortalidad en niños se relaciona con el desarrollo de fallo multiorgánico. Diversos estudios relacionan el valor del cociente PaO2/FiO2 al ingreso con el deterioro clínico ulterior y mortalidad.
El tratamiento debe ir dirigido a corregir la situación de hipoxemia, se hace preciso para ello el aporte de oxigeno suplementario y ventilación con presión positiva. Debe prestarse atención a la analgesia y procurar un apoyo nutricional adecuado. Los parámetros ventilatorios recomendados inicialmente consistieron en programar un volumen tidal de 10-15 ml/Kg, la asociación de PEEP disminuyó considerablemente la mortalidad. En relación con el uso de la ventilación mecánica se han descrito lesiones pulmonares que se podrían categorizar como barotrauma, volutrauma, atelectrauma y biotrauma. El barotrauma se relaciona con la existencia de lesiones en la membrana alveolocapilar como resultado de los fuerzas de infección usadas durante la ventilación mecánica. El volutrauma se relaciona con lesiones de la membrana alveolocapilar como resultado de volumenes tidal altos. El biotrauma defendido por algunos autores aduce a la liberación de mediadores proinflamatorios en niños ventilados con concentraciones de oxígeno altas. Por su parte, la distensión y colapso de los espacios alveolares durante la ventilación mecánica pueden originar alteraciones en la distensibilidad normal del pulmón que están en el origen de las atelectasias que podemos observar. Algunos de estos trastornos relacionados con el uso de ventilación mecánica pueden reducirse utilizando PEEP optimas que para algunos autores pueden ser de 13 a 15 cmH2O y volúmenes tidal de menos de 6 ml/Kg con presión positiva inspiratoria de menos de 30 cm de H2O. Algunas modificaciones posturales pueden ayudar en el manejo, se ha demostrado que la posición en prono mejora la compliance pulmonar y la capacidad residual funcional, mejorando la oxigenación.
La hipoxemia en estos pacientes se debe a una alteración de la relación ventilación/perfusión con incremento del shunt intrapulmonar por vasodilatación en áreas no ventiladas y vasoconstricción en las áreas ventiladas. El óxido nítrico inhalado puede mejorar la hipoxemia al originar vasodilatación precisamente sobre las regiones del pulmón mejor ventiladas. La utilización de surfactante mejora transitoriamente la oxigenación, sin embargo no modifica la mortalidad. El tratamiento con corticoies a altas dosis se ha mostrado efectivo para reducir la fibrosis y mejorar los resultados de mortalidad

Dr. José Uberos Fernández 

   

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